A los 25 años, dejó el teatro y se centró en el medio que le dio prestigio internacional, el cine.
Eisenstein fue un pionero del uso del montaje en el cine. Para él, la edición no era un simple método utilizado para enlazar escenas, sino un medio capaz de manipular las emociones de su audiencia
Eisenstein desarrolló su propia teoría del «montaje». Sus publicaciones al respecto, influirían posteriormente a varios directores de Hollywood.
El acorazado Potemkin, la que dará a conocer su nombre en todo el mundo, y es posiblemente la película sobre la que más se ha escrito en toda la historia del cine.
En 1930 viaja a Estados Unidos , donde llegaría a cobrar hasta 900 dólares a la semana. Fue recibido en Nueva York como un genio, y pronto se dedicaría a dar conferencias en las Universidades de Columbia y Harvard
Entre 1930 y 1932 Eisenstein visitó México, donde intentó producir una nueva película titulada ¡Que viva México!. Al llegar, él y dos de sus ayudantes fueron encarcelados, todos rusos, pero gracias a la intervención de un amigo español terminaron por recibirlo como huésped de honor.
En 1938, de regreso a la Unión Soviética, Eisenstein dirige Alejandro Nevski, que cuenta las andanzas de este héroe nacional ruso, que derrotó a los teutones en el siglo XIII y y por la que se le concedería el Premio Stalin.
En 1948, Eisenstein sufrió una terrible hemorragia a causa de un infarto, y murió a los 50 años de edad.
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